Hackers controlan cámaras de seguridad obsoletas para botnet
hace 1 mes

La creciente dependencia de dispositivos conectados ha abierto una puerta a nuevas amenazas cibernéticas. Un reciente descubrimiento revela cómo los ciberdelincuentes están aprovechando la obsolescencia de ciertas tecnologías para expandir sus redes de ataques. Este fenómeno pone de relieve la necesidad urgente de que las empresas y los consumidores sean conscientes de las vulnerabilidades inherentes a los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT).
A medida que la tecnología avanza, algunos dispositivos quedan atrás, convirtiéndose en un objetivo fácil para los hackers. En este contexto, el Equipo de Inteligencia y Respuesta de Seguridad de Akamai Technologies ha denunciado la explotación de vulnerabilidades en cámaras de vigilancia descontinuadas. Vamos a profundizar en cómo funcionan estos ataques y qué medidas se pueden tomar para protegerse.
El mecanismo detrás del ataque
En su comunicado, Akamai detalló que el malware involucrado en estos ataques es una variante de LZRD, que pertenece a la conocida botnet Mirai. Este tipo de malware está diseñado específicamente para tomar control de dispositivos vulnerables y conectarlos a un servidor controlado por los atacantes.
Una vez que un dispositivo es infectado, se convierte en parte de una red oculta de sistemas comprometidos. Este proceso permite a los delincuentes llevar a cabo ataques masivos y coordinados, como los ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS), que inundan sitios web con un volumen abrumador de tráfico hasta que se caen.
Por ejemplo, a través de estos bots, los hackers pueden:
- Realizar ataques DDoS que saturan los recursos de un servidor.
- Explorar en busca de otros dispositivos vulnerables en la red.
- Instalar malware adicional para obtener más control sobre sistemas comprometidos.
La situación es alarmante, ya que Akamai estima que millones de dispositivos IoT desactualizados y sin protección continúan estando activos en Internet. Estos incluyen no solo cámaras de seguridad, sino también routers, intercomunicadores y otros aparatos inteligentes que, a menudo, son ignorados por los usuarios y las empresas.
Impacto en las empresas y la privacidad
El impacto de estos ataques sobre las empresas es devastador. Según Akamai, los dispositivos infectados pueden ofrecer a los hackers acceso a datos sensibles y, en algunos casos, incluso permitir el monitoreo en tiempo real de los espacios físicos que graban las cámaras.
Esto plantea serias preocupaciones de privacidad, ya que los delincuentes pueden:
- Escuchar y grabar conversaciones privadas.
- Desactivar dispositivos de seguridad, dejando las instalaciones vulnerables.
- Acceder a datos confidenciales de la empresa, exponiendo información crítica.
La falta de supervisión sobre el funcionamiento de estos dispositivos en segundo plano puede facilitar la permanencia de malware sin ser detectado. Esto no solo afecta a la seguridad, sino que también puede dañar la reputación de una empresa si se descubre que sus dispositivos han sido utilizados para actividades ilícitas.
La naturaleza automatizada de los ataques
Los ataques a través de botnets como Mirai son altamente automatizados. Esto significa que, en el momento en que se detecta una vulnerabilidad, los hackers pueden escanear rápidamente la web en busca de dispositivos desprotegidos. Esta automatización permite a los atacantes comprometer múltiples dispositivos simultáneamente, lo que amplifica el alcance de sus campañas.
Un informe de Akamai revela que el sector tecnológico fue uno de los más afectados, con más de 7 billones de ataques registrados el año pasado. La dificultad para rastrear a los culpables se debe a que estos ataques se originan desde dispositivos que forman parte de infraestructuras corporativas o que son utilizados por consumidores finales.
Consecuencias para la ciberseguridad empresarial
La proliferación de dispositivos IoT vulnerables en el ámbito empresarial transforma la seguridad cibernética en un desafío monumental. Dado que los atacantes pueden infiltrarse en redes corporativas a través de dispositivos aparentemente inofensivos, la defensa requiere una estrategia más sofisticada. A medida que estos ataques evolucionan, las empresas deben estar preparadas para enfrentar amenazas cada vez más complejas.
Además, Akamai advierte que la detección y respuesta a estos ataques no puede recaer únicamente en las capacidades humanas. Se requiere una combinación de tecnologías avanzadas y métodos proactivos para salvaguardar la infraestructura digital de las organizaciones.
Recomendaciones para mitigar el riesgo de ciberataques
Akamai ha emitido una serie de recomendaciones prácticas para ayudar a las empresas a protegerse contra estos tipos de ataques. Estas incluyen:
- Actualizar dispositivos: Es crucial que las empresas mantengan sus sistemas actualizados. Dado que muchos modelos de GeoVision ya no reciben soporte, es recomendable reemplazarlos por versiones más recientes que sí cuenten con actualizaciones de seguridad activas.
- Implementar microsegmentación: Esta técnica ayuda a dividir la infraestructura digital en partes más pequeñas y aisladas, lo que dificulta que los atacantes puedan moverse libremente por la red. Al contener un ataque, se limita el acceso a servidores y bases de datos sensibles.
- Auditorías de seguridad regulares: Realizar revisiones periódicas de seguridad puede ayudar a identificar dispositivos vulnerables y tomar medidas correctivas antes de que sean explotados.
- Concientización del personal: Capacitar a los empleados sobre las amenazas cibernéticas y mejores prácticas de seguridad es esencial para crear una cultura de ciberseguridad dentro de la organización.
Como enfatiza Alex Soares, Ingeniero de Soluciones para Socios de LatAm en Akamai, “la vigilancia constante es clave, dado que los ciberdelincuentes no descansan y otros dispositivos similares también pueden estar en riesgo.”
Para obtener más información sobre cómo las botnets afectan la ciberseguridad, puedes ver este interesante video:
En resumen, la explotación de dispositivos obsoletos como las cámaras de seguridad es un claro recordatorio de la necesidad de mantener una postura proactiva frente a la ciberseguridad. Ignorar estas vulnerabilidades podría resultar en consecuencias devastadoras para las empresas y sus clientes.
Deja una respuesta